Servir a Dios implica reconocer, como reconocer implica reconocer las facetas de Dios en tu vida. Con cada faceta de Dios, nos encontramos involucrados en recibir. Cuando pensamos en la bondad de Dios, ejemplificamos un sentido de gratitud al reconocer la bondad de Dios. Entonces se genera una conexión a partir de esa gratitud que resulta en brindar lo que Dios espera, que es ser misericordioso con los demás como Dios lo ha sido contigo. Las personas más generosas son las que acogen las muchas bendiciones no reconocidas en sus vidas.
2Servid á Hashem con alegría: Venid ante su acatamiento con regocijo.
3Reconoced que Hashem él es Elohim: El nos hizo, y no nosotros á
nosotros mismos. Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.[Salmo 100: 2-3]
La palabra hebrea עִבְדוּ [ivdu], que significa servir, comienza el segundo verso para señalar que se espera que el servicio se haga con alegría, lo que requiere aprecio, para empezar, sin una mentalidad egoísta. Sólo a través de una perspectiva desinteresada en el interes personal uno puede comenzar a experimentar el consuelo y la paz que infundiría una bendición recíproca, como si fuera a un Dios perfecto, inculcaria.
Sólo a través de una perspectiva desinteresada de la vida puede Dios ser central en la vida que Dios nos ha dado. Ya sea que necesitemos recibir de alguien porque estamos en necesidad o si estamos sirviendo a alguien que está en necesidad, en conjunto el intercambio de bondad con contentamiento nos acerca a Él, como todos le pertenecemos.